

A la pregunta de dónde comprar el vino, debemos atender a varios factores, bajo mi punto de vista:
Y los establecimientos habituales podemos clasificarlos en:
El precio del vino es, y será en este foro, una de las mayores preocupaciones. Es decir, el precio debe ser también un factor a valorar. Es cierto que el precio, a partir de determinado punto, viene marcado por el mercado, pero no siempre atendiendo exclusivamente a la calidad del vino. O, dicho de otro modo, no todos los vinos caros son buenos (cosa que nos debe importar, cuando nos equivocamos comprando) y viceversa: hay vinos de gran calidad por un precio muy ajustado. La guía Peñín ya valora los vinos por su relación calidad-precio.
Uno de nuestros objetivos desde hace bastante tiempo es encontrar el vino óptimo en ese sentido. Un vino que se pudiera tomar a diario, en torno a 3€ y con un nivel de calidad más que aceptable. Seguro que existe y cuando lo encontremos lo diremos por aquí. Tenemos nuestros favoritos entorno a 5-6 €: Azpilicueta, Muruve o incluso el propio Marqués de Cáceres (siempre a la altura) todos ellos crianzas, para no salirnos de ese presupuesto. Son muchos los vinos por ese precio con un nivel más que aceptable. El reto va un poquito más allá y vamos a dar con él.
Además del impresionante edificio, diseñado por el arquitecto Frank Gehry, llaman la atención las inmensas salas llenas de barricas (la mayoría de roble americano, por cierto) y las cuevas del s.XIX.
Al final de la visita, cata de un par de vinos: un Blanco Rueda Verdejo 2009, que deja bastante que desear, para mi gusto. Color amarillo pajizo. Bien en nariz, con tonos típicos del verdejo: piña y frutos tropicales (aunque a mí me olía también a caramelo de fresa) pero se queda corto en boca, con una intensidad baja. El segundo fue un tinto, Reserva 2005, bastante mejor. Color cereza. Olor a madera y fruta madura. Intensidad media en boca, no muy ácido y bastante redondo. Un vino recomendable para mi gusto.
El domigo, visita a otra bodega: CVNE. En parte, muy similar a la del día anterior, ya que las explicaciones que dan se parecen bastante. Cabe destacar la inmensidad de la Nave Eiffel, sin ninguna columna que la sostenga, simplemente, cuatro paredes. Pero lo que más me llamó la atención de esta bodega fue el cementerio, mucho más accesible y visible que el de Marqués de Riscal y realmente impactante por el polvo y moho que acumula.
Y otros dos vinos a catar. El blanco no me gustó nada: Monopole 2009. Color amarillo pálido, poco olor y casi nada de sabor. No es recomendable, desde luego. El tinto: Cune Crianza 2007. Color cereza. Olor intenso a frutos rojos. Intensidad media en boca y buena acidez.
Y el domingo por la tarde, vuelta a Madrid con un buen saborde boca, la verdad.