Después de leer el fantástico post de EstrellaSinMichelin, en el cual condensaba lo mejor de este 2018 que dejamos atrás, pensamos lo divertido que sería hacer algo parecido. Aunque sólo sea por recordar los maravillosos sitios que hemos podido disfrutar. Un año cargado de emociones, también en lo gastronómico.
1- Clos (Madrid) El puesto más complicado es, para nosotros, Clos (decidido antes de que le dieran la estrella). El restaurante que necesitaba Madrid. Producto y perfecta ejecución. Una sala maravillosa y una colección de vinos reducida pero de altísimo nivel. Con un precio de menú para ese nivel fantástico. Y se lleva el que es, además, mejor plato de 2018: Carabinero con yema de huevo con reducción de sus cabezas
2 - Viridiana (Madrid) El segundo puesto es para uno de los históricos: Viridiana. Maestro de maestros, Abraham García no deja indiferente a nadie. Para nosotros fue una velada inolvidable. Todos los platos con una tremenda intensidad de sabor, buscando lo mejor de cada producto. Llevábamos un vino especial para nosotros, regalo en nuestra boda y no nos cobraron ni el descorche. La gastronomía madrileña no se entiende sin Abraham García, un imprescindible.
3 - Umiko (Madrid) Completa el podio Umiko, ya una referencia Japo en Madrid. Junto con Kabuki de lo mejor donde hemos estado en japos de corte moderno.
4 - El portal de Echaurren (Ezcaray - La Rioja), de Francis Paniego. Merece la pena ir a conocer el bonito pueblo riojano de Ezcaray y comer en el Portal. Casi a las 18h30 salimos nosotros después del menú Tierra. Tiene además un menú de casquería para los más atrevidos
5 - Callizo (Ainsa - Huesca) Llevábamos años con ganas de ir a este remoto restaurante del alto Aragón. Con una propuesta complejísima, son uno de los grandes (e injustos) olvidados de los reconocimientos gastronómicos. Promueven la cocina-experiencia y poniendo en valor el producto de la comarca. Fue una velada inolvidable de recorrido por todo el restaurante-tienda.
6 - Soy de Pedro Espina (Madrid) es un japo de cortes clásico e intimista. Su pequeño local, está sólo pensado para disfrutar el momento. No es el sitio para una cena de empresa. Nos sorprendió la intensidad de sabor de su sopa. A mejorar la escuetas carta de vinos. Para los amantes de los japos tradicionales es un sitio altamente recomendable.
7 - El fogón de Trifón (Madrid) En la calle Ayala del barrio de Salamanca de Madrid está este pequeño restaurante. Un formato que ellos definen como bistró español en el cual se pueden encontrar clásicos platos de cuchara llevados a la perfección, con el mejor pescado o carne.
8 - La tasquita de enfrente (Madrid). El lugar más deseado entre los "foodies". Lo visitamos a principio de año. Con un concepto muy diferente a los grandes restaurantes, Juanjo López ha creado un rinconcito donde encontrar el mejor producto sintiendo que estás cenando en el barrio. A nosotros nos gustó mucho (a David más que a Sara) pero vimos mucho de lo que ha creado Jorge Trifón durante años. Un concepto similar yendo a la mejor materia prima.
9 - Naomi (Madrid) El japo de clásico de Madrid. Auténtica cocina japonesa. El estilo contrario a Kabuki o Umiko, pero de imprescindible visita para los amantes de este tipo de cocina. Tienen algunas mesas para sentarse en el suelo. Hemos ido varias veces y estamos deseando volver!
10 - El Doncel (Sigüenza - Guadalajara) El que era, en el momento de nuestra visita el único restaurante de Guadalajara estrellado (en noviembre se sumó El Molino de Alcuneza) tiene una propuesta clásica, en la que es fácil acertar. Conocido por su cordero, nosotros fuimos al menú degustación, que estuvo muy bien.
11 - El Quenco de Pepa (Madrid). Pepa es una de las grandes cocineros de producto se nuestra ciudad. Las alternativas de pescado fueron una sorpresa. Siempre con buenos productos de huerta y setas en temporada
12 - Yugo the bunker (Madrid). La casualidad quiso que fuéramos pocos días antes de que le dieran su primera estrella. Es un gran japonés sin que, para nosotros, llegué al alto nivel de Kabuki o Umiko.
13 - Surtopía (Madrid) de José Calleja, es el restaurante andaluz en Madrid. Tiene un menú degustación con una RCP como creemos que no hay en Madrid. Sus frituras, imprescindibles. Y para los amantes del Jerez: en esta segunda visita hicimos maridaje y merece mucho la pena.
14 - Lakasa (Madrid) es otro de los grandes restaurantes de producto en Madrid. En increíble como César Martín trabaja la carne y el pescado. Y quedamos encantados con la sumiller, Metodyika. Tal vez no está más arriba porque es un local muy grande, al menos la noche que estuvimos nosotros había mucho ruido
15 - Santerra (Madrid) Barra fina de barrio, no puede tener mejor descripción. Cuidada vajilla, cubertería y mantelería. Cuidada carta y presentación. Sus croquetas son de escándalo. Elaboraciones que merece la pena disfrutar en un salón inferior silencioso. También muy recomendable la barra a nivel de calle
Por supuesto también ha habido pequeñas grandes decepciones. Sin ánimo de generar polémica algunos sitios no nos encantaron. Una cuestión de gustos. De los que han quedado fuera, el más llamativo seguramente Dstage. Sin dudar de la capacidad de Guerrero, no fue nuestro lugar. No tenemos el mismo concepto de cocina. Algunos de los platos que no supimos entender:
El segundo fiasco relevante: los dos intentos fallidos en Nakeima. Lo de no admitir reservas es difícil de entender. Sobre tres horas de cola entre ambos intentos para nada. Aparece el amigo del amigo del amigo y cuando te das cuenta has esperado la cola para nada. ¿Por qué no se puede reservar, a seis meses, a un año? Nuestro tiempo vale un poquito más de lo que considera Nakeima. No lo volveremos a intentar.
El segundo fiasco relevante: los dos intentos fallidos en Nakeima. Lo de no admitir reservas es difícil de entender. Sobre tres horas de cola entre ambos intentos para nada. Aparece el amigo del amigo del amigo y cuando te das cuenta has esperado la cola para nada. ¿Por qué no se puede reservar, a seis meses, a un año? Nuestro tiempo vale un poquito más de lo que considera Nakeima. No lo volveremos a intentar.